¿Por qué aprender llorando lo que se puede aprender riendo?
Maestro antes que escritor, Rodari juega en este libro con los errores y no sólo con los ortográficos.
Algunos son visibles a primera vista, otros están ocultos como ingeniosas adivinanzas.
Unos están en verso, otros en prosa.
Poesías y cuentos se suceden en un diálogo lleno de guiños a los escolares inteligentes, a los maestros y a los padres, a los que dedica este libro juvenil.