¿Hay algo peor que estar enfermo en la cama y aburrirse? Para evitarlo, Florián pide a sus padres y a su abuela que le cuenten historias de miedo.
A Florián le fascina y le atrae lo misterioso y lo inexplicable. Y además esta vez la emoción es mayor porque sus padres, al contarlas como sucesos vividos por ellos mismos, incorporan el misterio a la realidad cotidiana.
Al terminar la última narración, Florián inventa una en la misma línea.
Será la primera del libro que se propone escribir. Ha descubierto que inventar y escribir historias es el mejor remedio contra el aburrimiento.