El abogado Torstensson conduce su vehículo en una carretera solitaria. El hombre mira por el espejo retrovisor. De repente, delante de él, ve una silla en el asfalto, y en ella, un muñeco del tamaño de un ser humano. Es otoño y la niebla ha ido arrastrándose hasta las laderas. Torstensson frena en seco y, aterrado, sale de su automóvil para ver de cerca la aparición. Muy poco después, Wallander se verá inmerso en un complicado caso de delincuencia económica de altos vuelos.