Kipling uno de los poquísimos grandes escritores occidentales que pudieron contemplar y describir el Japón en pleno período revolucionario Meiji. Con un ritmo magistralmente medido, mediante una combinación sostenida de efectos cómicos y de brillantes pinceladas descriptivas, contrasta el Japón tradicional, rebosante de refinada belleza, con las reformas modernizadoras de un país que, sin perder conciencia de su riqueza estética y su originalidad, adopta a marchas forzadas modelos occidentales.