Crónica de los avatares de nuestro tiempo, permite seguir, además, la trayectoria íntima y espiritual de un hombre que anduvo preguntándose toda su vida por la premisa que sustenta el principio de moralidad o de inmoralidad. Por sus páginas desfilan pintores, políticos, músicos, escritores; Madeleine, su mujer, Élisabeth, la madre de su hija, Marc, su amante; aventuras eróticas, viajes, odiseas intelectuales, crisis religiosas, guerras.