La vida de las tres hermanas Walker quedó brutalmente truncada cuando su padre mató a su madre y después se suicidó. Entregadas en adopción a distintas familias, sus destinos habrían de separarse totalmente y hasta olvidaron su mutua existencia. Excepto Hilary, la mayor y menos afortunada socialmente de las tres, que alentó durante años la esperanza de volver a reunirse con ellas.