Los dioses deben estar locos.
Debe ser fantástico ser un dios. Especialmente Zeus, el rey de los dioses. Nadie puede decirle lo que tienes que hacer, y nunca has de disculparte por nada. Al menos, esa es la teoría. La práctica, particularmente si tienes una mujer de carácter como Hera, es otra cuestión totalmente diferente.
Y no es sólo que el pobre Zeus no pueda divertirse con mujeres mortales sin que su mujer las convierta en osas y cosas así. Nooooo, también estás esos malditos filósofos, Epicuro y Platón, que se han empeñado en encontrar a Zeus y, bueno, hacer que éste desista. Incuestionablemente, si logran explicarle a Zeus, de un modo razonable y calmado, que no resulta sensato ir por ahí adoptando la forma de, digamos, un cisne para tomar mujeres en contra de su voluntad, bueno, seguro que él se disculpará y devolverá todo a la normalidad. ¿Verdad?
Pues no. Pero, si quieres conocer todos los sucios detalles, únete a nuestra banda de valerosos aventureros para descubrir el misterio de LOS MUCHOS AMORES DE ZEUS. Epicuro, Platón, Alejandro de Macedonia, Aristóteles, Sócrates, Esopo y, en una aparición especial, el propio Zeus, están dispuestos a guiarte a través de la maravillosa tierra de diversión que es (o era) la antigua Grecia.