Narciso encarna el idealismo, el espíritu ascético, la claridad; Goldmundo el alma artística y errante atraída por el amor mundano y la pasión de vivir. Su enfrentamiento es una alegoría de los dos componentes básicos de la personalidad. Narra la historia de dos personajes que encarnan aspectos esenciales de la personalidad humana: el racional y el instintivo, lo consciente y lo emotivo, la ciencia y el arte.