Los métodos de investigación, escrupulosos, consecuentes, de Estelle Irizarry se hallan aquí especialmente compenetrados con todas las dotes imaginativas y de humana participación que caracterizan a esta autora y que en la temática de Rafael Dieste —pese a la diversidad de géneros y de perspectivas con que ésta se presenta, y cuya sustancial unidad este libro contribuye a patentizar— parecen haber hallando campo propicio para un espléndido despliegue.