Es novela irregular, como toda arte verdadera, el escritor maneja ingredientes de sabores fuertes, sadismo y violencia contra cuerpos vivos y muertos, pornografía del sexo como degradación nunca como comunión pornografía homosexual... Con todo ello consigue una obra de arte, una novela que saca fuera lo demoníaco que hay en nosotros y que nos perturba, nos atrae y quizá palie algo el escozor de nuestras heridas íntimas. Y es que revolcarse en el barro dicen que es bueno para la piel.
[...]Esta novela delirante nos muestra hasta qué punto las historias detectivescas de Hammett, Chandler o Macdonald, tan aparentemente razonables, no son sino delirios reprimidos. Esta novela loca de Mailer lleva hasta el final el género policial y demuestra así que la novela negra es lo mismo que la novela de fantasmas y de terror: un descenso de Orfeo al Hades.